Como hacer

domingo, 27 de mayo de 2012

Jabón de aceite reciclado.

Vivimos tiempos convulsos, extraños, donde los problemas económicos nos acechan, donde pagamos carísimos unos productos que no son lo que dicen ser y ¿a quien no le viene bien ahorrar algo de dinero?, por eso el primer jabón lo haremos de aceite reciclado, es igual de girasol o de oliva, veremos las dos recetas.


Reciclar es bueno para todos, pero reutilizar es bueno para el medio ambiente y nuestro bolsillo también sale beneficiado. Todos desechamos  el aceite después de varios usos, con un poco de suerte es reciclado, pero en la mayoría de los casos termina vertido por el fregadero, acabemos con eso, saquemos más partido a lo que compramos y pasemos un rato entretenido y útil.


Guardaremos el aceite que ya desechamos, preferiblemente en botella de cristal y ya filtrado, procurando separar en distintas botellas los distintos aceites (girasol, oliva) ya que cada uno tiene un punto distinto de saponificación. Cuando tengamos la cantidad deseada comenzaremos con nuestra creación. Os doy la receta para un kilogramo de aceite, ya que desde esta formula es más sencillo acoplarse a la cantidad que nosotros deseemos hacer.






Ingredientes para hacer jabón de aceite de girasol reciclado.


  1000 gr. aceite de girasol reciclado.
    263 gr. de agua, preferiblemente destilada.
    142 gr. NaOH (sosa cáustica, mínimo 99% de pureza).


Ingredientes para hacer jabón de aceite de oliva reciclado.


   1000 gr. aceite de oliva reciclado.
     284 gr. de agua, preferiblemente destilada.
     153 gr. NaOH (sosa cáustica, mínimo 99% de pureza).


Ante todo, antes de ponernos manos a la obra, debemos ser precavidos y observar unas mínimas normas de seguridad. Usamos un producto corrosivo, el hidróxido de sodio (NaOH), a partir de ahora le denominaremos sosa, es irritante y corrosivo de los tejidos, es por ello que usaremos guantes de neopreno, nitrilo o vinilo y en precaución a salpicaduras es conveniente usar gafas de protección y no usar lentes de contacto, es aconsejable el uso de bata. Los vapores que emite la mezcla de agua/sosa son tóxicos e irritantes, es obligatorio por nuestra salud realizar todo el procedimiento de la creación de jabón en una estancia bien ventilada. Tengamos mucha precaución con los niños.




Una vez pesados los ingredientes, en primer lugar añadiremos la sosa al agua, ello producirá una reacción exotérmica, es decir, desprenderá calor. Con cuidado, removeremos la mezcla y veremos como se torna de un color blanquecino, es el momento de dejarla reposar hasta que se vuelva otra vez transparente y su temperatura no supere los 40º C.  No olvidemos que los vapores son tóxicos.








Mientras esperamos a que la "lejiaza", nombre que entre los aficionados a la creación de jabones se le da a la mezcla de sosa y agua, este a punto para su uso, aprovechare para explicar que este jabón lo vamos a hacer por el procedimiento "en frío", no necesitaremos ningún aporte de calor. También decir, a modo de comentario, ya que más adelante nos sumergiremos profundamente en estos conceptos, que vamos a usar un sobreengrasado negativo del -5%, es decir, usamos un 5% más de sosa de la que necesita para su saponificación y una concentración de la formula del 35%. No nos asustemos con estos términos que en poco tiempo manejaremos con soltura y comprenderemos a la perfección.






Preparamos los moldes donde verteremos el jabón, nos vale cualquiera, siempre que los forremos con papel de horno y si son de silicona no hace falta forrarlos, podemos usar envases de yogur, eso sí, si el recipiente es demasiado duro y no lo hemos forrado, probablemente tengamos que romperlo para sacar el jabón. La práctica con diversos envases nos dirá cuales son los más aptos.




Una vez la "lejiaza" se torna transparente y su temperatura no supera los 40º C. procederemos a añadirla al aceite, poco a poco y removiendo con una cuchara de madera.




La mezcla cambiará de color, comienza la saponificación, y ya podemos batir la mezcla con varillas manuales, cuando nos cansemos podemos usar las varillas en la batidora, siempre meteremos las varillas en la mezcla y accionaremos la batidora para evitar salpicaduras. Debemos batir hasta el punto de traza, en el caso de estos dos aceites, la traza es muy lenta en llegar, pasaremos una hora batiendo, dos horas y puede que hasta tres horas, no desesperemos y sigamos batiendo.






Para los impacientes, podemos usar el brazo mezclador de la batidora, con lo que adelantaremos mucho la traza.


Sabremos que la mezcla esta lista cuando esta comienza a coger una consistencia algo solida, como de natilla espesa. Si al pasar la cuchara esta va dejando un surco o "traza".




Ya es el momento de verter la mezcla a los moldes y esperaremos entre 36 y 48 horas para desmoldar y cortar si es el caso, aunque el producto esta saponificado, su ph aún es muy elevado por lo que es conveniente manejar con precaución los jabones y lavarse muy bien las manos después de su manipulación. Una vez hecho esto comienza el gran reto, debemos esperar entre cuatro y cinco semanas a que el jabón este curado. Para ello lo colocaremos sobre una rejilla en una habitación bien ventilada y esperaremos hasta que el jabón no tenga un ph superior a 8. Si no tenemos tiras medidoras lo comprobaremos con la lengua, si al chupar el jabón, este no pica ya esta en su punto; eso si, el jabón siempre es jabón y no tiene un gusto agradable.









sábado, 19 de mayo de 2012

Propósito

de na Gaia

Nace esta página con el propósito de acercarnos un poco a nuestra madre tierra, a conocerla para así poder disfrutar de los prolíficos regalos con los que nos mima y cuida.






Redescubriremos el saber ancestral de nuestras abuelas,  ya más bien bisabuelas, y haremos jabón, muchos jabones, para mimar nuestra piel, para limpiarla, para sanarla, para divertirnos. Descubriremos las propiedades de los aceites, de las mantecas vegetales. Daremos un largo paseo por los campos y por la botánica, aliviando cuerpo y espíritu, nos comunicaremos con Gaia y ella nos dará los elementos necesarios para nuestro correcto desarrollo y cuidado. Juntaremos magia y ciencia, veremos que en muchos casos no están tan alejadas, seremos unos pequeños alquimistas.






Evidenciaremos en nosotros mismos como una actitud relajada, optimista, de amor, nos ayudará ha realizar con éxito nuestras propuestas de bienestar, logrando que los productos obtenidos despierten en el ser esas energías con que se realizó.


En esta sociedad tan rápida, tan tecnológica hemos dejado atrás "el saber hacer" de antaño, hemos ido a una producción masiva y rápida, una producción estresada.  Una producción que solo basa su saber en tecnología olvidando la sabiduría. Probablemente si este blog lo lee un científico podrá expresar un cierto desacuerdo, es más, supongo que se aventuraría a decir que un jabón hecho en una fábrica es el mismo producto, si se usan los mismos ingredientes, que el que puede hacer un artesano. Difiero de esta apreciación, probablemente un jabón fabricado en producción masiva, es un jabón maltratado, realizado por personas estresadas. Me explicaré, el jabón se realiza con, entre otros productos, aceites, mantecas; ambos productos están vivos y, ustedes imagínense, que le puede aportar a un producto vivo una fábrica, donde una vez que lo vuelcan a los depósitos desde unas frías cisternas de acero, comienza una frenética carrera entre tuberías de acero, distintas presiones, distintos aditivos, cintas transportadoras y en un corto espacio de tiempo esa sustancia viva ha sido transformada en eso que la industria llama jabón. También en estas páginas descubriremos que se esconde tras ciertos nombres que usa la industria moderna.


Todo lo vivo en la naturaleza esta formado por agua, en mayor o menor proporción, y aquí es donde podemos apreciar el trabajo realizado por Masuru Emoto.  


cristal amor/gratitud
El punto esencial de las teorías de Masuru Emoto consiste en que "El pensamiento humano, las palabras, la música, las etiquetas en los envases, influyen sobre el agua y ésta cambia según se le trate con amor, armonía, felicidad, creando cristales bellos; o si los mensajes son negativos, creando cristales amorfos. Si el agua lo hace, nosotros que somos entre un 70 y un 80% agua deberíamos comportarnos igual." De hecho lo hacemos, ante una sonrisa, nuestro cuerpo se relaja, entra en un estado de aceptación, mientras que ante una mirada hostil, ante un insulto, nuestras energías se desalinean. Debería Vd. aplicar esta teoría a su vida, para mejorarla. La prueba que aporta el señor Emoto para demostrarnos esta realidad, es la superior belleza de los cristales de hielo extraídos de agua "tratada" frente a la poca belleza de los cristales de hielo en agua no tratada o tratada con palabras despectivas, o que denotan negativismo. Con esta teoría, aceptamos que mentalmente o por medio de la palabra se puede influir en las propiedades y en la estructura de una sustancia, como el agua y dicha influencia pasaría del elemento tratado a nuestro cuerpo al ingerir dicha agua. Los conceptos aplicados al agua se podrían aplicar a cualquier materia orgánica, e inorgánica; usaremos los mismos conceptos cuando nos adentremos en gemoterapia o fangoterapia.


Sakura (flor de cerezo japones)




Más no nos hacen falta pruebas objetivas,  como las que aporta el 
señor Emoto para descubrir el efecto transformador que nuestra proyección produce tanto en el exterior, como en nuestro interior.


Por lo general, después de un viaje a algún paraje tranquilo, al regresar a la ciudad, en sus alrededores, antes de ver a nadie, antes de formar parte de la masa, una sensación nos invade, lo puedes notar, una aceleración súbita, una mezcla de sentimientos, son las energías acumuladas en la ciudad, en los pueblos ciudad, que se propagan y contaminan su área de influencia. 


Sin embargo, cuando paseamos por un paraje no muy transitado, cuando vamos a un pueblo, pueblo (en contraposición al pueblo ciudad); nuestro estado cambia, desaparece el estrés, nos vamos llenando de paz, de quietud. Una sensación de sosiego nos invade, hasta el respirar se convierte en un acto consciente y placentero. Son las energías invisibles que nos alinean y que nosotros podemos transformar y crear, en nuestro interior y en nuestro exterior.


Es por ello, que cuando creemos nuestros productos, o cuando nos los apliquemos, o los apliquemos; debemos respirar profundamente y conscientemente sosegaremos el cuerpo y el espíritu. Un paseo por espacios verdes, donde poder ver naturaleza, sentir la tierra, tocar, abrazar los arboles; una buena ducha, caminar descalzos, desnudos, nos puede preparar armónicamente para comenzar a crear nuestro jabón, o aceite de masaje, crema, etc... Estos mismos consejos son útiles a la hora de recibir los beneficios de los productos que hayamos creado.