Como hacer jabón de arcilla verde o bentonita.
Como ya comentamos el jabón es un producto al que podemos añadir casi de todo para mejorar sus propiedades y que no sea solo un agente limpiador, en este caso vamos a crear un jabón con propiedades geoterapeuticas.
Las arcillas y barros han sido usados durante milenios para curar y prevenir todo tipo de enfermedades, heridas, afecciones de la piel y procesos inflamatorios.
La geoterapia tiene una de sus bases en la similitud química del barro con los seres humanos, es decir tanto el barro, como nosotros estamos formados de carbono, oxígeno, nitrógeno y en menor proporción otros minerales y oligoelementos.
Muchos naturalistas han documentado como los animales usan de manera instintiva los barros y lodos como limpiador, como terapéutico, para librarse de los parásitos , para cuidar la piel o el plumaje y para curar y aliviar heridas y traumatismos.
La arcilla verde que es la que vamos a usar en este jabón es muy rica en magnesio, contiene además silicio, potasio, cal, fosfatos entre otros elementos. Es desintoxicante, remineralizante y absorbente.
Una vez conocidas algunas de las propiedades de la tierra, pasamos a conocer la receta de este nuevo jabón.
Ingredientes:
para un kilogramo de jabón.
253 gr. de aceite de oliva virgen.
127 gr. de aceite de palma.
127 gr. de aceite de coco.
63 gr. de aceite de ricino (también conocido como castor oil).
34 gr. de manteca de mango.
38 gr. de aceite de almendras dulces.
20 gr. de arcilla verde o bentonita.
245 gr. de agua destilada.
86 gr. de NaOH (sosa), con una pureza mínima del 99%.
Este jabón lo vamos a crear con un sobreengrasado del 8%.¿Que quiere decir esto?, muy sencillo, un ocho por ciento de los aceites no se van a saponificar, se van a incorporar como aceites y no van a sufrir ninguna transmutación. Esto se consigue reduciendo la cantidad de sosa en un 8%, en nuestra formula si no hiciésemos sobreengrasado tendríamos que usar 93 gr. de sosa.
El primer paso será poner la arcilla a irradiar, es decir la pondremos al sol entre seis y ocho horas, para que se recargue de energía solar. Aunque este paso no es imprescindible, si es altamente recomendable. La arcilla no se debe manipular con ningún objeto metálico, siendo lo más recomendable utensilios de madera o en su defecto silicona.
Prepararemos la "lejiaza" mezclando la sosa con el agua, como hicimos en el jabón de aceite reciclado, tengamos siempre presente que produce una reacción exotérmica y que los vapores son tóxicos, ventilemos bien. No nos olvidemos de los guantes, ni de las gafas de protección en prevención de alguna salpicadura.
Cuando tengamos la "lejiaza" a menos e cuarenta grados y la arcilla irradiada comenzaremos con la alquimia del jabón.
Prepararemos todo el material que vamos a usar, incluidos los moldes y pondremos las mantecas y los aceites duros a fundir, siempre al baño maría, en algún sitio os podrán decir que se pueden fundir en el microondas, de hecho se puede, pero estamos creando un producto artesanal, natural y beneficioso, lo cual conlleva no usar las ondas dañinas del microondas.
El aceite de palma, como se puede apreciar en la fotografía, nos dará un bonito color naranja, que será lo que nos ayude a dar un toque de color sin ningún tipo de colorante.
En esta mezcla no añadiremos aún los 34gr. de manteca de mango, ni los 38gr. de aceite de almendras dulces, ya que estos aceites que serán el sobreengrasado los añadiremos cuando ya este hecha la traza.
Añadiremos poco a poco la "lejiaza", removiendo constantemente con una cuchara de madera. Y comienza la saponificación, una vez vertida toda la mezcla de agua y sosa ya podemos usar las varillas para batir. Este jabón alcanza muy pronto la traza, tened cuidado si es de vuestros primeros jabones a la hora de usar la batidora, y siempre con las varillas.
Una vez alcanzada la traza, añadiremos los aceites que previamente habíamos reservado y derretido al baño maría, en el caso de la manteca de mango. Se perderá la traza, con lo que volveremos a batir hasta volver a alcanzarla, proceso que no tardará mucho en realizarse. Cuando hallamos conseguido una textura como de natilla un poco clara, podremos añadir la arcilla o, como en este caso, podemos separar la mitad para que conserve intacto el color naranja y a la otra mitad le podemos añadir la arcilla que así obtendrá un bonito color verde.
La mitad de la mezcla que no lleva arcilla ya la podemos verter en el molde.
A la otra mitad le añadimos la arcilla sin parar de batir para que no se formen grumos. Aunque en las fotos la arcilla se ve de un color grisáceo, al contacto con la humedad se tornara de color verde. Una vez bien homogeneizada la mezcla, ya la podremos verter en el molde. Si echamos primero la mezcla con la arcilla, nos quedará un jabón de dos colores delimitados por una linea más o menos recta. Al hacerlo de la forma que os indico, la parte que tiene arcilla, al tener más peso ira haciendo diversos dibujos, como podremos ver al desmoldar a las 36/48 horas. Recordad siempre que tenemos que cubrir el molde con plástico, como el usado para los alimentos.
Una vez desmoldado, lo cortaremos y lo pondremos a curar por un espacio mínimo de cinco semanas. Paciencia amigos.